El primer paso para reciclar residuos de espuma es separar el material de espuma residual en categorías "contaminadas" o limpias. Dado que los residuos de espuma «contaminados» podrían tener etiquetas de papel, grapas, cinta pegajosa o manchas de color, o se han utilizado para transportar pescado, plantas, frutas o verduras. La espuma limpia no tiene etiquetado adicional ni marcas y se ha utilizado para empaquetar artículos eléctricos o piezas de automóviles o artículos similares.
Ambos envases de espuma limpios y contaminados pueden ser reciclados, pero el proceso es diferente por lo que es vital que los dos se separan.
El compactador de espuma facilita el reciclaje de porexpan.
Las empresas de reciclaje recogerán los envases de espuma para su reciclaje una vez que se haya almacenado una cantidad suficiente. Algunos tomarán el empaquetado exactamente como es, otros querrán el empaquetado compactado.
La espuma de compactación se puede compactar a un cuadragésimo de su tamaño original para un transporte fácil y rentable. Compañías como Sony o Hitachi tienen una máquina de compactación instalada en sus sitios para compactar el envase de espuma antes de que sea recolectada por el reciclador.
El reciclador alimenta los bloques compactados de espuma de poliestireno en un granulador que machaca el material en trozos más pequeños. El material se pasa a una mezcladora para mezclar a fondo con gránulos similares. Este material se introduce en el extrusor, donde se funde. Se añade color y el material extruido se moldea en su nueva forma, como tiras de madera para la construcción de bancos de jardín.
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